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El domingo por la mañana la ansiedad volvió a asaltar a Andrés, estaba a unas cuantas semanas de por fin terminar la licenciatura en Pedagogía, el gran esfuerzo personal y de sus padres estaba por cristalizarse, 4 años de un esfuerzo familiar por fin culminaría, y con ello la obligación de empezar a retribuir dicho apoyo hacia sus padres que con tanto esfuerzo lo habían apoyado e impulsado a continuar con sus estudios superiores, sobre todo cuando al finalizar la preparatoria y teniendo 18 años consiguió trabajo en una fábrica y dejó de lado la escuela por tres años.

Los sentimientos eran encontrados: por un lado de alegría y satisfacción por terminar una carrera y ser el primero en la familia, pero por otro la presión de encontrar rápidamente su primer trabajo como pedagogo y con ello ayudar con los gastos de casa,  por ello los días transcurrían en una mezcla de emociones  e incertidumbre.

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